De los siete procesados por estar presuntamente implicados en el asesinato de dos jóvenes y el desmembramiento de sus cadáveres a fines del año pasado, solo Carlos Eusebio Caicedo Morales, de 44 años, alias Chambero, negó ser parte de la supuesta secta satánica que tenía como objetivo ‘limpiar’ la zona de la Nueva Prosperina, en el noroeste de Guayaquil.
“No (pertenezco) a ninguna organización, ninguna pandilla ni secta, creo en Dios, yo soy entregado al Santísimo Cristo del Consuelo...”, declaró Caicedo, cuya casa habría sido utilizada para asesinar a Josué Sancán Sánchez, de 17 años, en diciembre. El cuerpo del menor apareció descuartizado en diferentes sectores de la cooperativa Nueva Prosperina el pasado 21 de diciembre.
Caicedo indicó que tres días antes, al ingresar a su vivienda tras consumir droga con algunos de los hoy detenidos, halló “un cuerpo sin vida en el piso, después Fidel (Palomino Alaus, alias Fito) me sacó para afuera y me amedrentó diciendo que me podía pasar lo mismo...”.
El resto de aprehendidos, en sus declaraciones, reconoció haber participado en al menos uno de los dos crímenes que mantienen atemorizados a los moradores del sector.
Palomino, quien sería el líder de la supuesta secta, reconoció que él le asestó una puñalada a Sancán, mientras sus compinches lo tenían amarrado y lo golpeaban. Según Fito, agredieron al menor porque los amenazó al negarse a participar en el robo a dos mujeres evangélicas con las que trabajaba repartiendo productos varios.
“Yo le comuniqué a él que no les hacíamos daño a cristianos, gente que andaba con Dios, no nos metíamos con ellos (...). Luego nos propuso traernos a una chica... ahí le dije que no nos busque más...”.
No obstante, según Palomino, Sancán regresó en estado etílico a increparlos, por lo que le roció gas lacrimógeno y el resto del grupo lo amarró para golpearlo. Indicó que ellos se encargaron de desmembrar el cuerpo y de botar sus partes.
De alias Papel, la segunda víctima descuartizada, los aprehendidos declararon que este trató de tenderles una trampa para que ‘limpien’ la zona de la cooperativa Ignacio Loyola de una familia que supuestamente vendía droga en la zona.
Declararon que investigaron el caso y descubrieron que dicha familia había denunciado a unos expendedores dirigidos por alias la Chola, por lo que en conjunto decidieron matarlo.
Aunque no mencionan cómo asesinaron a Papel, relataron que el crimen ocurrió en la vivienda de Eduardo Enrique Rodríguez Aguayo, alias Tres Lágrimas. Según las versiones de los detenidos, clavaron y embalaron a la víctima en una cruz invertida que fue enterrada en el piso de tierra de la casa.
En los ojos y en la boca le colocaron velas formando una pirámide; en el abdomen hicieron lo mismo, pero de manera invertida. Los miembros de la secta contaron que Fito realizó oraciones a Luzbel (satanás) para que “el alma sea recibida en el infierno”. Con la sangre de la víctima escribieron cartas y cortaron el cuerpo con sierras.
Ronny Alvarado declaró que escondió la cabeza de Papel dos días y luego la botó por la estación de la Alborruta, a la entrada de la Sergio Toral. Dos mujeres también participaron del rito.
fuente: eluniverso.com
fuente: eluniverso.com
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