Eran las 9:55. Carlos Ischia, director técnico de Deportivo Quito,
salió de los vestuarios y pidió -un tanto molesto- a los dos guardias
sacar a las personas extrañas para empezar el entrenamiento.
Cristian
Padilla trató de esconderse detrás de la moderna camioneta doble cabina
negra del lateral izquierdo Isaac Mina. Él es vendedor de confites y
llegó muy temprano al complejo deportivo de Carcelén. Su intención era
hablar con Jairo Campos y Luis Saritama. Los dos jugadores le compraron
2.500 fundas de caramelos el año pasado. Campos repartió los suyos a la
gente de su tierra El Juncal y Saritama entregó los caramelos a su
fundación.
Ischia esperó a que todos salgan para dirigirse a la
cancha. Allí ya estaba Diego Rousse, preparador físico, delimitando con
conos rojos y cinta blanca el espacio para la práctica. El entrenador,
tras supervisar la distancia de los conos, llamó a los jugadores al
centro del campo. Su charla sólo duró diez minutos. No fue muy
expresivo: siempre mantuvo las manos atrás. Pero nunca soltó la
tablilla, en la cual tenía anotada la planificación del primer día de
entrenamiento para la final del campeonato ante Emelec. El primer
partido se jugará el domingo en Guayaquil.
Los jugadores se
movieron hacia la derecha y comenzaron a trotar lentamente. Los jóvenes
Michael Castro y Juan Pablo Velasco tomaron la iniciativa. Mientras
tanto, Juan Carlos Paredes y Pedro Esterilla bromeaban atrás y sonreían.
Carlos
Ischia dialogaba amenamente en el centro con Víctor Manuel Battaine,
coordinador de las divisiones formativas. Pero no perdía de vista al
grupo de jugadores.
Dieron seis vueltas sin mayor exigencia y
pasaron a trabajar con pelota en espacio reducido. El ejercicio era
poner velocidad en el traslado del balón y precisión en la entrega. Los
jugadores disfrutaban con esta actividad: sonreían y ponían muchas
ganas.
Los porteros Marcelo Elizaga y Adrián Bone se esforzaban al
máximo en el arco norte para llegar a las pelotas enviadas por Carlos
Enríquez. El primero pedía a Enríquez ser más preciso con los envíos. La
práctica terminó con una actividad recreativa: fútbol-tenis.
Los delanteros Fidel Martínez y Maximiliano Bevacqua tuvieron un duelo aparte. El primero hizo gala de su depurada técnica.
Fuente: expreso.ec
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