Este es uno de los indicios que hace presumir que la fuga de los internos, en su mayoría miembros de la banda Los Choneros, había sido planificada mucho tiempo atrás. En el área de recreación y lavandería los peritos encontraron algunas leyendas, entre ellas: “Chao ya nos vamos vigote... (sic)”.
Lámparas sin focos, cámaras de vigilancia sin funcionamiento, detectores de metales y escáneres de personas defectuosos son algunas de las deficiencias de la Cárcel de Máxima Seguridad, conocida como La Roca, evidenciadas en un informe realizado por el Departamento de Criminalística de la Policía.
La inspección del centro carcelario se realizó después de la fuga de 18 internos considerados de alta peligrosidad, ocurrida el pasado 11 de febrero. El informe policial detalla falencias en la infraestructura del centro de reclusión y en los sistemas de control y seguridad.
El documento fue realizado por diez agentes de Criminalística y entregado al fiscal Francisco Dávila, quien inicialmente estaba a cargo de la investigación. Actualmente, el fiscal Jackson Lima tiene el caso.
El informe también detalla las deficiencias en la parte externa de la cárcel, como la falta de cercado eléctrico en una extensión de malla de aproximadamente 234 metros, hacia el costado izquierdo del recinto carcelario. “...se aprecia claramente que los cables del cercado eléctrico están fuera de sus bases de sujeción...”, indica.
Asimismo, se descubrieron cortes en el cerco metálico frente al generador eléctrico y varillas dobladas hacia el exterior, “creando un espacio por el cual una persona adulta puede cruzar hacia el exterior...”.
También revelan que los cortes tenían huellas de haber sido realizados tiempo atrás. “Fueron hechos con anterioridad a la fecha de la evasión”, dicen.
Sobre el sistema de iluminación, la inspección policial determinó que siete de las once lámparas ubicadas en la sala de control y registro de personas del centro “no estaban funcionando, por falta de focos”.
En ese mismo lugar se constató que los escáneres y detectores de metales, de cuerpo entero, no estaban operativos. Un aparato similar sí funcionaba, pero según la guía Wendy Abalco, intermitentemente.
Otro de los sistemas que tienen desperfectos es el de supervisión y control a través de las 32 cámaras de seguridad. Las instaladas en la planta baja de ese reclusorio no estaban funcionando; mientras que en la planta alta solo operaban dos.
Según el informe de Criminalística, la mayoría de estas deficiencias habían sido registradas en las bitácoras de control y comunicadas a autoridades.
Pablo Eras Cárdenas, encargado del monitoreo en la parte baja de La Roca dijo a la Policía que descubrió los desperfectos desde que fue transferido a ese lugar, hace un mes.
Abalco indicó a los gendarmes que debido a la falta de operatividad de los principales aparatos de control, hacían las revisiones a quienes ingresaban al lugar de forma manual.
En la revisión de celdas, Criminalística descubrió, incluso, papeles que tenían varios números de cuentas bancarias.
El fiscal Jackson Lima ayer tenía previsto receptar las versiones de tres de los guías que no trabajaron el día de la fuga.
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