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9 de Octubre de 1820 Historia Independentista

Written By Jorge Jovane on domingo, 9 de octubre de 2011 | 5:14

Columna de los Proceres del 9 de Octubre
La independencia de Guayaquil, fue un proceso independentista que se desarrolló el 9 de octubre de 1820 con el propósito de romper los lazos coloniales que existían entre el territorio de la Provincia de Guayaquil y el Imperio español, y que da paso al surgimiento de la Provincia Libre de Guayaquil. Este proceso marcó el comienzo de la guerra de independencia de la Real Audiencia de Quito como parte de las guerras emancipadoras de Hispanoamérica. Entre los factores más influentes se puede determinar el deseo de los criollos, los cuales poseían estatus social y económico, por tener el control y poder.


Entre las causas que motivaron la independencia de la ciudad se encuentran los hechos históricos de varias sublevaciones por parte del pueblo, que incluyen la "Crisis de las Alcabalas" en 1592 y la "Rebelión de los Estancos" en 1765. El pueblo quiteño se consolidó en un levantamiento para que se instale un gobierno criollo en la Real Audiencia el 10 de agosto de 1809, impulsados por la ideología que había fomentado el prócer Eugenio Espejo. Actualmente se conoce a este acontecimiento como el "Primer Grito de Independencia", sin embargo, los dirigentes de la causa juraron fidelidad absoluta al rey Fernando VII. Las tropas enviadas por el virrey del Perú José Fernando de Abascal y Sousa acabaron con la resistencia popular el 8 de noviembre de 1810.


Otras de las causas de la independencia de Guayaquil fueron: la declaración de independencia de los Estados Unidos de América, la invasión de Napoleón Bonaparte a España y las campañas emancipadoras de la región norte de Sudamérica lideradas por Simón Bolívar. Estos sucesos debilitaron las fuerzas españolas en la Audiencia.


Entre los personajes destacados de la revolución independentista se encuentran: el Dr. José Joaquín de Olmedo, el prócer José de Antepara, el militar León de Febres Cordero y Oberto, el general José de Villamil, entre otros.


La Fragua de Vulcano


José Joaquín de Olmedo
Uno de los precursores de la independencia guayaquileña fue José María de la Concepción de Antepara y Arenaza quién, después de vivir en Europa y socializar con grandes personajes con ideales independentistas como Francisco de Miranda, volvió a la ciudad de Guayaquil en el año de 1814 y rápidamente entabló amistades con partidarios de la emancipación como José de Villamil y José Joaquín de Olmedo.


León de Febres Cordero, Luis Urdaneta y Miguel de Letamendi, de origen venezolano, pertenecían al Batallón Numancia pero por sus ideales a favor de las revoluciones emancipadoras fueron expulsados y enviados a su tierra natal. El barco, que tenía por destino desembarcar en Venezuela, arribó a Guayaquil y permaneció allí por varias semanas, tiempo en el cual los militares conocieron a varios líderes de la idea de independizar a la provincia de Guayaquil.


El 1 de octubre de 1820, Villamil y Antepara visitan la casa de Pedro Morlás, y luego de una conversación en la cual exponen sus ideales, Isabela Morlás, hija del anfitrión, propone la organización de un baile, a lo cual acceden y este sería organizado por doña Ana Garaycoa de Villamil, esposa de José de Villamil. Tanto Antepara como Villamil vieron al pedido de la joven como el pretexto perfecto para lograr lo que con toda seguridad darle forma a una revolución que acabe con dependencia de España, es por ello que invitan a varios personajes que compartían los ideales independentistas de ellos, incluyendo a José Joaquín de Olmedo, Gregorio Escobedo, el doctor Luis Fernando Vivero, Francisco de Paula Lavayen, José Rivas, Manuel de Fajardo, José Correa y los venezolanos Febres Cordero, Urdaneta y Letamendi.


En la noche del domingo 1 de octubre y luego de iniciada la reunión a la cual fueron invitadas las familias más prestigiosas de la ciudad, el anfitrión José de Villamil reunió a los invitados que él y Antepara consideraban vitales para el triunfo de la emancipación. Aquella reunión se la conocería como la "Fragua de Vulcano" y es la noche en la cual se comenzó a diseñar el plan de asalto a varios cuarteles realistas.


Organización y planificación


El lunes 2 de octubre se reúnen por la tarde en casa de Villamil tanto Escobedo como Peña, los cuales eran líderes de los batallones "Granaderos de Reserva" y "Milicias" respectivamente, quienes ratificaron su adhesión a la causa independentista. Más allá de cuando veían muy difícil sus tentativas de plegar a favor de la causa a los soldados del "Escuadrón de Artillería" y los del batallón de caballería "Daule", pues sus jefes eran españoles, no descartaron la posibilidad de convencer a sus integrantes, mediante la intervención de los sargentos Álvarez Vargas y Pavón, simpatizantes de la causa.


Por otro lado se buscó un líder para la revolución, para lo cual se propuso primero al coronel Jacinto Bejarano y luego al teniente coronel José Carbo y Unzueta, sin embargo, se pensó posteriormente en José Joaquín de Olmedo. Descartando a los dos primeros por diversas y justificadas razones y se comisionó a Villamil para que visite a Olmedo.


Al día siguiente, el martes 3 de octubre, después de la visita que Villamil hizo a la casa de Olmedo y de la propuesta de liderazgo del movimiento, Olmedo declinó este encargo, señalando que ese puesto debía ser ocupado por un hombre de armas, y siendo él un poeta poco podría aportar. Sin embargo, dejó claramente su simpatía total con la revolución y su disposición a ayudar en todo lo que sea necesario. En una nueva reunión con Villamil se pensó en el coronel Rafael Ximena, quien sería consultado por Villamil al otro día.


Sin embargo, el miércoles 4 de octubre, Ximena, quién a pesar de que simpatizaba con las ideas emancipadoras, se excusa y rechaza la propuesta de Villamil pues debe su educación a la corona, siendo él mismo de descendencia noble, por lo cual participar activamente como líder del movimiento, fue visto por él como una traición a la tierra de sus mayores al país en el cual siguió la carrera de las armas. Ese mismo día se obtuvo la participación del capitán Damián Nájera del Escuadrón de caballería "Daule".


Para el jueves 5 de octubre los ánimos de varios de los integrantes del movimiento se mostraron opacados por diversos factores. León de Febres Cordero, temeroso de que se desalienten los comprometidos en la causa, lanzó un discurso en el que, entre otras cosas dice: "En nombre de América, os ruego compañeros, no dejar escapar tan favorable ocasión de hacerle un gran servicio lanzando ahora mismo la provincia de Guayaquil a la revolución". Después de esto Febres Cordero tomó cierto liderazgo.


El viernes 6 de octubre, Villamil conversó con Francisco Loro, condueño con Luzárraga de la goleta "Alcance" para que retrase un poco la partida de la nave a Panamá, a la espera del resultado de la acción que está por llevarse a cabo. Luego de la aceptación de Loro, visitó a Luzárraga, de quien también obtuvo una respuesta afirmativa, pero sin decirle toda la verdad y para no herirlo de modo susceptible, ya que él era español. Es así como le pidió que retrase la salida de Loro, quién era el capitán de la nave, para que pueda asistir a la recepción que daría en su casa el día 8 de octubre, con motivo de festejar su nombramiento como Procurador General.


Revolución del 9 de octubre de 1820


La cantidad de efectivos militares del ejército realista apostados en la ciudad era de 1500 aproximadamente, los cuales estaban distribuidos en: 600 soldados del batallón Granaderos de Reserva del Cuzco, 500 del escuadrón de caballería Daule, 200 del batallón de Milicias Urbanas, 200 efectivos de las Brigadas de Artillería, y 350 soldados en las 7 lanchas cañoneras que permanecían en el malecón. Sin embargo, los oficiales que se habían plegado a favor el movimiento eran Gregorio Escobedo e Hilario Álvarez del Granaderos, Damián Nájera de la Brigada de Artillería, José Peña del batallón de Milicias Urbanas, y por último los sargentos Vargas y Pavón del escuadrón de caballería Daule con lo que se tenía asegurado el 70% de los efectivos de la plaza.


En consecuencia, las maniobras debían propender a tomar el escuadrón de caballería Daule y la bodega de armas y explosivos de la brigada de artillería, anulando a la vez la capacidad de reacción de las tropas que acompañaban tanto a Joaquín Magallar, comandante del Granaderos, como a Benito García del Barrio, primer jefe del Batallón Granaderos de Reserva. Por los hombres de las lanchas torpederas capitaneadas por Joaquín Villalba no se preocuparían, pues estaban desde el día anterior fuera del puerto, y había oportunidad de resolver este problema si se coronaba con éxito la revolución. Y todo se dio tal como se había planificado.


Para la noche del domingo 8 y la madrugada del lunes 9 de octubre, León de Febres Cordero y Nájera llevaron con engaños al comandante español Torres Valdivia a la casa del Nájera con el pretexto de invitarlo a una partida de naipes. Una vez allí, lo sometieron y dejaron cautivo temporalmente explicándole que era la única forma de evitar que él intervenga en contra el movimiento independentista y que en vista de la estimación que le tenían, habían preferido evitar un peligroso enfrentamiento con él. Febres Cordero, adueñado de las llaves del parque de Torres Valdivia, se dirigió al Granaderos, en donde, con 50 hombres, fue hasta la Brigada de Artillería, y luego de sorprender y encerrar al oficial de guardia, se apoderó del recinto. La tropa fue formada, aclamando la causa revolucionaria.


Mientras esto sucedía, Urdaneta, con 25 hombres del Granaderos y nuevos jóvenes guayaquileños, más la complicidad de los sargentos Vargas y Pavón, tomaron el escuadrón de caballería Daule, no sin antes trenzarse en una balacera con Magallar y sus hombres, que al darse cuenta de lo que sucedía, intentó impedirlo, muriendo en el enfentramiento. Luego de esta acción, Urdaneta mandó al comandante Matías Tirapeguí, quien se había plegado a favor del movimiento, hacia la Batería de las Cruces, con la mitad del escuadrón de la caballería, con el propósito de tomarla.


Acta de Independencia de la ciudad de Guayaquil
El último incendio se llevó a cabo en la casa del coronel Benito García del Barrio, primer jefe del Granaderos de Reserva quien fue apresado por el teniente Hilario Álvarez mientras dormía.


Para la mañana del 9 de octubre de 1820, la ciudad de Guayaquil había alcanzado su independencia de España y con ello comenzó la guerra de independencia de lo que actualmente es la República del Ecuador.
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