El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dijo ayer que renunciará
a su cargo, luego de que sufriera una humillación en una votación
parlamentaria que lo dejó sin mayoría.
Las presiones para que el multimillonario primer ministro presente su
renuncia se recrudecieron tras la aprobación de las Cuentas del Estado
2010, una victoria pírrica, pero que revela que la mayoría de Berlusconi
en el Congreso se desmoronó.
Las Cuentas del Estado fueron aprobadas con solo 308 votos a favor, por
debajo de los 316 necesarios para contar con mayoría absoluta.
Los dichos de Berlusconi confirmaron el anuncio hecho horas antes por el
presidente Giorgio Napolitano, quien señaló que el primer ministro iba a
presentar su dimisión una vez que el Parlamento apruebe reformas
urgentes exigidas por los líderes de la zona euro para reducir la deuda
italiana y reactivar el estancado crecimiento.
El líder de la oposición, Pier Luigi Bersani, había pedido la dimisión
inmediata de Berlusconi, diciendo que Italia corre un riesgo real de
perder el acceso a los mercados financieros. “Le pido a usted, señor
primer ministro, con toda mi fuerza, que por fin sea consciente de la
situación (...) y dimita”, indicó justo después de la votación.
Italia, un país que se considera demasiado grande como para ser
rescatado, ha reemplazado a Grecia como el protagonista de la crisis de
deuda soberana de la zona euro y los rendimientos de sus bonos se
acercaron a niveles insostenibles.
Berlusconi, debilitado por escándalos sexuales y judiciales, varios
reveses políticos y la pérdida de confianza de los mercados, llevaba
semanas contra las cuerdas. Pero el magnate de los medios de
comunicación de 75 años, que dominó la política italiana durante 17
años, se había resistido a renunciar hasta los sucesos de ayer.
La noticia de que finalmente había aceptado dimitir se conoció después
del cierre de los mercados europeos, pero tuvo un impacto inmediatamente
positivo en los mercados de Estados Unidos. El euro aumentó con
respecto al dólar y las bolsas estadounidenses subieron.
Más temprano, su principal aliado político, Umberto Bossi, le había
pedido que dimitiera. El líder de la Liga Norte dijo que debía ser
reemplazado por Angelino Alfano, secretario del partido del primer
ministro.
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